Cuando la Super-Heroína dice ¡basta! Cuidar, cuidar-nos y dejarnos cuidar.
Por “superheroína” me refiero al modelo cada vez más presente, en el que la mujer pareciera que todo lo hace y todo lo puede: es una super-madre, una super-compañera, una super-profesional, una super-ama de casa, una super-estudiante… Este desgaste de energía, en el que se genera un fuerte desequilibrio entre lo que doy y lo que recibo, lleva inevitablemente a un “super-agotamiento”. El cuidado de una misma queda en último plano, pareciera que no hay tiempo para preguntarme ¿qué necesito? y mucho menos para pedirlo o procurármelo.
En una sociedad en la que sentimos que tenemos que demostrar que “podemos”, las mujeres muchas veces quedamos atrapadas, presas de una lista interminable de responsabilidades, mientras que intentamos demostrar nuestra valía en un mundo en el que privilegia el “ser productiva”. Repetir estos esquemas nos lleva a ignorar y postergar nuestros deseos y necesidades, nuestra salud, bienestar y disfrute.
En un sentido más amplio, cabe preguntarnos qué lugar ocupa el cuidado de las personas, y de la vida en general, en las sociedades actuales. Sophia Style, creadora de Mujer Cíclica, nos dice que en el contexto social, político y económico actual “…el cuidado real de la vida, de las relaciones, de la salud, de la tierra… en realidad tiene un lugar pequeño y poco prioritario. Parece que cada vez hay un ritmo más acelerado, más presión y más miedo, y que todo esto tapa un agotamiento y un dolor colectivo que piden a gritos volver a poner el cuidado en el centro de la vida”.
Cuando tenemos una relación saludable con el cuidado, éste se convierte en un estado de dar y recibir que fluye en armonía, y las líneas que separan las ideas de cuidar, cuidarse y de dejarse cuidar se disuelven suavemente. El cuidado es una forma de expresión del amor hacia mí misma, hacia lxs demás y hacia mi entorno. El auto-cuidado tiene que ver con poner la mirada en nosotras y escucharnos, comprendernos y darnos espacios para nuestro propio bienestar.
Te animo a que hoy te tomes un tiempo de soledad y silencio (así sean diez minutos… por algo se empieza!), y que prestes atención a tu cuerpo y a tus emociones. Toma papel y marcadores, escribe en el centro de la hoja “¿Qué necesito?”, y desde esta escucha de ti misma realiza una lluvia de ideas con todo lo que te vaya surgiendo. Luego, anota acciones concretas que quieres realizar para atender las necesidades que identificas. Observa qué es lo que aparece y cómo te sientes con este ejercicio. El primer paso para comenzar a generar cambios saludables para ti y decir ¡basta! a lo que no te hace bien, es ser consciente de cómo te encuentras y qué necesitas en este momento.
Inspiraciones:
Material de la formación "El camino de la facilitadora", Mujer Cíclica.
Sobre la autora: Anaclara Falco. Licenciada en Psicología, egresada de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República. Formada en Psicoterapia Gestáltica. Maestra de Reiki Usui Tibetano. Gemoterapeuta. Facilitadora de espacios para mujeres, certificada por Mujer Cíclica. Desarrolla diferentes terapias y talleres en Espacio Terapéutico.