Reciclar nuestra energía. Dar lugar al descanso.
Actualmente, nos hemos acostumbrado a los ritmos vertiginosos que nuestra sociedad nos exige. Corremos de un lado a otro, intentando cubrir nuestras múltiples responsabilidades: el trabajo (o muchas veces trabajos, en plural), el estudio, el cuidado de la casa, el cuidado de lxs hijxs. En ese ajetreo solemos perder contacto con nuestras necesidades, llegando a un estado de mecanización y agotamiento.
Hoy lxs invito a tomar aunque sea unos minutos para obsequiarse un momento de descanso, de nutrición, de conexión con el propio cuerpo y emociones. Tratemos de incorporar con la mayor frecuencia posible estos espacios, en aras de nuestra salud, lo cual repercutirá favorablemente en el estado de nuestro cuerpo, nuestro estado de ánimo, nuestros vínculos.
En un espacio donde estemos cómodxs y libres de interrupciones, vamos a crear un ambiente propicio para nuestra relajación: encendemos una luz tenue, aromatizamos el lugar (puede ser con inciensos o aceites esenciales) y colocamos una música suave (más abajo les dejo un tema que pueden utilizar). Nos sentamos o recostamos con los ojos cerrados, liberando las tensiones de nuestro cuerpo, realizando los movimientos que nuestro cuerpo nos pida para estar más distendidxs. Dejamos la mente en blanco y simplemente disfrutamos de permanecer en ese estado. En caso de que los pensamientos acudan a nosotrxs, dejamos que sigan su curso sin aferrarnos a ellos; con la práctica cada vez nos será más sencillo despejar nuestra mente. Nos tomamos el tiempo que sintamos necesario (o que podamos) y luego volvemos al momento presente.
Les dejo por aquí una sugerencia de música relajante:
Sobre la autora: Anaclara Falco. Licenciada en Psicología, egresada de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República. Formada en Psicoterapia Gestáltica. Maestra de Reiki Usui Tibetano. Gemoterapeuta. Facilitadora de espacios para mujeres.
Desarrolla diferentes terapias y talleres en Espacio Terapéutico.
